¿Por qué ha vuelto la tos ferina?


Lo primero que habría que señalar es que no ha vuelto, porque nunca se fue del todo. De hecho había unos planes de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para el año 2001 con los que se pretendían que los casos de tos ferina descendieran a menos de 1 caso por 100.000 personas, pero no era previsible la desaparición completa (como ha ocurrido, por ejemplo, con la viruela).

Lo que ha sucedido es que la enfermedad ha resurgido. Con más detalle:


Cuando no existía vacuna ocurrían brotes epidémicos de tos ferina cada 3-5 años que afectaban sobre todo a niños, con casos graves y mortalidad importante en lactantes. Se consiguió posteriormente una vacuna muy buena (llamada de células enteras pues contenía a la bacteria causante, la Bordetella pertussis) y disminuyeron los casos espectacularmente, pero la desaparición de muchísimos casos de enfermedad y muerte dejo a la vista una inmensa preocupación por algunos casos –rarísimos-  de reacciones muy graves con la vacuna, por lo que se diseño una nueva vacuna, llamada acelular pues no contiene toda la Bordetella sino varias de sus toxinas, con lo que las reacciones severas casi desaparecieron pero ello a costa de una vacuna menos efectiva, y aquí radica una de las claves de la cuestión: la vacuna actual no es demasiado eficaz y sus efectos protectores van desapareciendo hacia los  5 años de la última dosis (tampoco las defensas originadas por la enfermedad natural duran mucho más).

Otra clave para entender el proceso es que los adultos que han sido vacunados o que han pasado la enfermedad pueden volver a contraerla, pero no como los niños con una tos típica sino con una tos poco característica y prolongada (casos atípicos), y en consecuencia, sin que nadie se de cuenta, pueden estar contagiando a los no vacunados, a los vacunados incompletamente o a los que han perdido sus defensas contra la enfermedad.

Se ha completado el círculo: vacuna no muy buena y casos atípicos en la Comunidad se suman para que haya resurgido la enfermedad.

¿Qué se puede hacer hasta que se consigan mejores vacunas? Como   tener una vacuna mejor será cuestión de tiempo habrá que “exprimir” las posibilidades de la  que tenemos, que pese a todo no son pocas. ¿Cómo? Pues vacunando a los lactantes, tal como ya se hace; revacunar de tos ferina a los niños de entre 6 y 14 años, como se está empezando a hacer; posiblemente además deben vacunarse los padres y allegados de los recién nacidos para dificultar que la enfermedad llegue a sus hijos indefensos y en especial vacunando a la madre, preferiblemente al final del embarazo, para que transmita por la placenta anticuerpos a su hijo confiriéndole inmunidad transitoria hasta que puedan vacunarse (estrategia del nido, o “cocooning” en inglés), táctica que todavía no está oficialmente aceptada por una razón tan poco lógica como decir : como todavía no hay experiencia amplia, pues ...a esperar a que otros lo hagan primero.

Finalmente no hay que ser pesimista pues pese a todo, los brotes actuales, aunque alarmantes y preocupantes, producen menos casos de enfermedad que casos de muerte (no de enfermedad) ocurrían antes de que existiera la vacuna.
Para saber más:
Las denominaciones de la enfermedad.
En España tos ferina, literalmente tos de las fieras y tos convulsa porque puede producir convulsiones.
En Francia coqueluche: porque imita el grito del gallo.
En U.S.A pertussis, del latín: per intensa y tussis tos; también whooping cough que sería algo así como tos con alarido.
En China, tos de los 100  días, por lo que puede durar.
Imagen de salut.org donde recomiendan vacunar a los abuelos para proteger a los nietos.

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