El desayuno es una comida muy importante pero muchas veces minusvalorada.Veamos porqúe.
La palabra desayunar ya es muy significativa; des-ayunar, o sea romper el ayuno. Curiosamente se denomina igual en otros idiomas y asi en francés dicen "petit-dejeuner" (pequeño desayuno literalmente, pero debería decir pequeño pero no tanto e importante) y en inglés "break-fast" (break-romper y fast-ayuno).
Al despertar el organismo lleva 8-10 horas sin recibir energía y nutrientes y para empezar bien el día hay que aportarlos para el organismo en general y para el cerebro en particular (precisa una parte muy importante de la energía total que consumimos y muy concretamente glucosa para funcionar adecuadamente).
Si después de tantas horas sin comer no se desayuna nuestro cerebro no podrá concentrarse y en el caso del niño/a tendrá dificultades para el aprendizaje, mal humor, decaimiento, etcétera.
Ya con esto sería suficiente pero hay otras ventajas del desayuno: repartir las calorías en varias comidas es más beneficioso que hacer pocas comidas muy grandes, para evitar la obesidad, facilita el aporte de fibras, etcétera.
Pues bien, ojo al dato: según un estudio realizado por Kellogg´s en Europa siete millones de niños no desayunan adecuadamente (¿prisas, poca conciencia,...?).
¿Qué debe ser un buen desayuno?
20-25% de calorías, o sea similar a la cena (si comparamos lo que hacermos tendría que decir como diría sonriendo mi amada madre: ¡cuán diferentemente!). Nota: al recordarla mis ojos se han humedecido, pero es bonito.
Seguimos, hay que aportar:
Lácteos (leche, yogur,...) que aportan energias y vitaminas A, D, calcio y proteínas.
Cereales: aportan hidratos de carbono, vitaminas, minerales y fibra (integrales) en forma de pan, galletas y cereales para la leche.
Frutas: al menos una pieza, que aporta vitamina C, fibra, hidratos de carbono y agua.
Jamón o pavo no grasos (no usar bacon) con proteínas de alto biológico.
Pues, vamos a empezar bien el día,... ¡a desayunar bien que hay que salir de la crisis!
La palabra desayunar ya es muy significativa; des-ayunar, o sea romper el ayuno. Curiosamente se denomina igual en otros idiomas y asi en francés dicen "petit-dejeuner" (pequeño desayuno literalmente, pero debería decir pequeño pero no tanto e importante) y en inglés "break-fast" (break-romper y fast-ayuno).
Al despertar el organismo lleva 8-10 horas sin recibir energía y nutrientes y para empezar bien el día hay que aportarlos para el organismo en general y para el cerebro en particular (precisa una parte muy importante de la energía total que consumimos y muy concretamente glucosa para funcionar adecuadamente).
Si después de tantas horas sin comer no se desayuna nuestro cerebro no podrá concentrarse y en el caso del niño/a tendrá dificultades para el aprendizaje, mal humor, decaimiento, etcétera.
Ya con esto sería suficiente pero hay otras ventajas del desayuno: repartir las calorías en varias comidas es más beneficioso que hacer pocas comidas muy grandes, para evitar la obesidad, facilita el aporte de fibras, etcétera.
Pues bien, ojo al dato: según un estudio realizado por Kellogg´s en Europa siete millones de niños no desayunan adecuadamente (¿prisas, poca conciencia,...?).
¿Qué debe ser un buen desayuno?
20-25% de calorías, o sea similar a la cena (si comparamos lo que hacermos tendría que decir como diría sonriendo mi amada madre: ¡cuán diferentemente!). Nota: al recordarla mis ojos se han humedecido, pero es bonito.
Seguimos, hay que aportar:
Lácteos (leche, yogur,...) que aportan energias y vitaminas A, D, calcio y proteínas.
Cereales: aportan hidratos de carbono, vitaminas, minerales y fibra (integrales) en forma de pan, galletas y cereales para la leche.
Frutas: al menos una pieza, que aporta vitamina C, fibra, hidratos de carbono y agua.
Jamón o pavo no grasos (no usar bacon) con proteínas de alto biológico.
Pues, vamos a empezar bien el día,... ¡a desayunar bien que hay que salir de la crisis!
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