El
sedentarismo(ausencia de ejercicio físico) se ha identificado como
factor de riesgo cardiovascular, equiparable a la hipertensión,
hipercolesterolemia y tabaquismo (recientemente se ha añadido la apnea del sueño al grupo).
Nuestra genética y evolución de miles de años, ha sido la del cazador-recolector (comedor de carne obtenida de la cacería y de frutas y vegetales) que consumía gran parte de su energía en la búsqueda de alimentos.
Los seres humanos estuvieron, durante milenios, sometidos a una situación periódica de abundancia-escasez; los períodos de hambruna fomentaron en nuestros antepasados el ideal de la obesidad como belleza asociada al poderío social y económico, tal como se aprecia en el ideal de belleza de muchos pueblos primitivos o más recientemente en pintores como Rubens.
¿Que sucedió al descubrirse la agricultura y la ganadería?Pasar a agricultor-ganadero supuso incorporar una fuente alimenticia para la
que no estamos adaptados genéticamente.
Actualmente, en las sociedades occidentalizadas (crisis aparte) nos vemos ahora abocados sólo a un extremo del binomio (abundancia de alimentos), y se precipita la generación de diversas enfermedades. Además, y paradójicamente, hasta bien entrado el siglo XX, la creencia común era que el ejercicio era perjudicial, siendo habitual, ante cualquier alteración de la salud, recomendar reposo.
La inactividad afecta a muchas partes del organismo, con la aparición y enorme expansión de un cortejo de enfermedades, denominadas no transmisibles o crónicas (enfermedades de la civilización). Incluso enfermedades o pérdidas de funcionalidad achacables a la vejez, no son tal sino que se deben de manera prioritaria a la falta de actividad.Existe evidencia de la importancia del peso y la actividad física en la salud ósea del adulto y en su disminución de riesgo de osteoporosis y enfermedades cardiovasculares, y de que los factores de riesgo se prolongan desde la infancia al estado adulto.
El balance energético se asimila a la economía familiar y se fundamenta en dos parámetros simples: ingresos (ingesta en este caso) menos gastos; así los individuos que realizan actividad física intensa (gastos), por regla general, tienen pocos problemas con la ingesta (ingresos) que realizan.Pero desafortunadamente, la evolución de la sociedad, a través de los cambios en la mecanización, ocio pasivo y urbanización, ha producido una reducción de actividad física en la población.
Los niños no suelen ir andando al Colegio sino en autobuses escolares o en los vehículos de familiares, no suben escaleras sino que usan ascensores; por temor al tráfico o por inseguridad no van a la compra, no juegan en la calle sino sentados en el salón de su casa, etcétera.
En
las escuelas, junto a la enseñanza de la Educación Física en su
vertiente de competición –normalmente sólo para los mejor dotados
físicamente-, debe plantearse también una enseñanza de la
actividad física orientada a mejorar la salud. Este enfoque es
aprovechable para todos los alumnos, incluso los poco aptos
deportivamente y hasta para los que presentan algún tipo de
discapacidad o sufren una enfermedad crónica. Se trata de motivarles
positivamente para contrarrestar las actitudes de indulgencia y de
búsqueda de autogratificación (los malos deportistas pueden
preferir comer y permanecer sentados a jugar y ser rechazados por su
escasa habilidad).No hay dudas de que la
actividad física regular es crítica para el crecimiento saludable
del niño, pero también lo es para su salud mental y social.
Extracto basado en :"Actividad física, deporte, ejercicio y salud en niños y adolescentes". Carlos Redondo Figuero, Marcela González Gross, Luis Moreno Aznar y Miguel García Fuentes (Editores). AEP
Las tres Gracias. Rubens |
Nuestra genética y evolución de miles de años, ha sido la del cazador-recolector (comedor de carne obtenida de la cacería y de frutas y vegetales) que consumía gran parte de su energía en la búsqueda de alimentos.
Los seres humanos estuvieron, durante milenios, sometidos a una situación periódica de abundancia-escasez; los períodos de hambruna fomentaron en nuestros antepasados el ideal de la obesidad como belleza asociada al poderío social y económico, tal como se aprecia en el ideal de belleza de muchos pueblos primitivos o más recientemente en pintores como Rubens.
De comerpaleodieta@gmail.com |
Actualmente, en las sociedades occidentalizadas (crisis aparte) nos vemos ahora abocados sólo a un extremo del binomio (abundancia de alimentos), y se precipita la generación de diversas enfermedades. Además, y paradójicamente, hasta bien entrado el siglo XX, la creencia común era que el ejercicio era perjudicial, siendo habitual, ante cualquier alteración de la salud, recomendar reposo.
La inactividad afecta a muchas partes del organismo, con la aparición y enorme expansión de un cortejo de enfermedades, denominadas no transmisibles o crónicas (enfermedades de la civilización). Incluso enfermedades o pérdidas de funcionalidad achacables a la vejez, no son tal sino que se deben de manera prioritaria a la falta de actividad.Existe evidencia de la importancia del peso y la actividad física en la salud ósea del adulto y en su disminución de riesgo de osteoporosis y enfermedades cardiovasculares, y de que los factores de riesgo se prolongan desde la infancia al estado adulto.
De bookideas.blog.com |
El balance energético se asimila a la economía familiar y se fundamenta en dos parámetros simples: ingresos (ingesta en este caso) menos gastos; así los individuos que realizan actividad física intensa (gastos), por regla general, tienen pocos problemas con la ingesta (ingresos) que realizan.Pero desafortunadamente, la evolución de la sociedad, a través de los cambios en la mecanización, ocio pasivo y urbanización, ha producido una reducción de actividad física en la población.
Los niños no suelen ir andando al Colegio sino en autobuses escolares o en los vehículos de familiares, no suben escaleras sino que usan ascensores; por temor al tráfico o por inseguridad no van a la compra, no juegan en la calle sino sentados en el salón de su casa, etcétera.
De naxxtta.wordpress.com |
Extracto basado en :"Actividad física, deporte, ejercicio y salud en niños y adolescentes". Carlos Redondo Figuero, Marcela González Gross, Luis Moreno Aznar y Miguel García Fuentes (Editores). AEP
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