Falso-crup:
nunca falso, casi nunca peligroso.
El silencio de la noche fue interrumpido por un sonido que
recordaba al ladrido de un perro y que procedía de la contigua habitación del
niño. Tras la sorpresa y desorientación inicial los padres corrieron a la
habitación del hijo y encontraron a éste llorando, sentado en la cuna y con una
tos que recordaba mucho el ladrido de un perro. Por suerte, la abuela que
estaba de visita, diagnosticó “ falso-crup” y tranquilizó a los padres,
recordándole a la madre que ella también los padecía en la infancia y que solía
mejorar simplemente con calmarla y sentándola
en brazos en el baño a respirar vapor de agua caliente y que en caso contrario
irían a Urgencias donde podrían tratar eficazmente al pequeño. Este es el
cuadro clínico típico, tan alarmante, sobre todo para los no iniciados.
Si hablamos de “falso-crup” antes será preciso explicar que
es el crup verdadero.
El uso de crup en Medicina corresponde a una onomatopeya (palabra
que imita sonidos naturales; ejemplos:
pío-pío, miau o, para imitar una
explosión, bum). Pues bien crup es la palabra que se usa para imitar el sonido
de la tos que recuerda el ladrido de un perro y que se produce cuando se inflama
la zona de la laringe donde están situadas las cuerdas vocales (laringitis).
Entonces ¿cuál sería el crup verdadero?: Históricamente era
el producido por la difteria al afectar la laringe (laringitis diftérica o crup
diftérico) lo que producía una terrible mortalidad.
Ya Goya, en su cuadro titulado
“El garrotillo” nos muestra la
angustiosa situación en la cual un médico intenta ayudar a un niño que se
asfixia por la difteria. Como se conocían otras laringitis o crup mucho más benignos, a
estos se les denominaba “falso-crup”, porque los pacientes los superaban
normalmente frente al crup diftérico o verdadero que habitualmente era mortal.
Por fortuna el descubrimiento y uso universal de la vacuna de la difteria, hizo
desaparecer el llamado crup verdadero pero persistiendo en nuestro lenguaje la
denominación falso-crup (también “pseudo-crup”) para las laringitis de otra etiología (causa).
Por tanto el término crup engloba a las laringitis,
habitualmente benignas y no es totalmente correcto
diagnosticar “ falso crup” pues lo ideal sería decir laringitis o en todo caso
crup.
Anatomía de la laringe:
De saludymedicina.org |
Situada por debajo de la epiglotis (que al cerrarse protege la vía respiratoria para evitar que entren alimentos al deglutir); contiene las cuerdas vocales, necesarias para la fonación; se continua hacia abajo con tráquea y bronquios.
Pues bien, al inflamarse la laringe se producen los 3 síntomas más característicos de la laringitis:
Pues bien, al inflamarse la laringe se producen los 3 síntomas más característicos de la laringitis:
Disnea, angustia por falta de oxígeno, se hunde el hueco sobre el esternón en laringitis severa |
1.-Tos perruna (crup): las cuerdas vocales inflamadas vibran con la tos y producen la característica tos similar al ladrido de un perro (también se ha comparado con el de una foca)
2.-Estridor inspiratorio: ruido producido al pasar hacia
dentro el aire (inspirar) a través de la laringe inflamada. Se produce por el estrechamiento de la laringe que es más intensa durante la inspiración, o sea cuando cogemos aire ( a diferencia del asma donde los ruidos se producen en la espiración predominantemente, son las sibilancias) acompañarse de
hundimiento de la zona del cuello situada por encima del esternón; en raras
ocasiones esto será intenso y se acompañará de respiraciones rápidas y
dificultosas y el paciente estará muy irritable, sin llegar a calmarse, lo que
puede indicar peligro por falta de oxígeno.
3.-Afonía, voz ronca: fácil de entender por la afectación de las cuerdas vocales.
Básicamente hay dos tipos de laringitis. Las víricas, las más frecuentes, suelen ir precedidas por un proceso catarral de vías
altas (febrícula, tos, moco, estornudos) y aparición posterior (casi siempre
en la noche) de tos perruna y estridor que puede ser intermitente o continuo.
El proceso es muy aparatoso por lo brusco e inesperado y suele afectar a
niños/as de edades comprendidas entre 6 meses y 3 años (susceptibilidad a las
infecciones víricas). Salvo raras excepciones mejora sentando al paciente y
haciéndolo respirar vapor de agua caliente (ojo quemaduras si se deja al niño
sólo) o al contrario respirando aire frío de la calle. Si se conserva la calma
casi siempre los padres notarán que el niño/a respira bien al parar de toser y
que puede deglutir líquidos sin problema. En caso necesario en la Urgencia
administrarán al paciente un aerosol de adrenalina o diversos preparados de
corticoides, y casi siempre el paciente podrá volver pronto a casa, aunque
puede repetir la sintomatología alguna
noche más.
El segundo tipo de laringitis se denomina espasmódica y/o recidivante; se presenta en
niños/as de mayor edad, de 2 a 6 años, e incluso más. Aparece bruscamente, sin
catarro previo y puede ser repetitiva, con varios episodios cada año. Es como
si fuese una especie de asma pero de la laringe. El tratamiento es similar al
de la laringitis vírica. En bastantes ocasiones la causa es un reflujo
gastro-esofágico, producido habitualmente por la noche, por la postura
horizontal, con irritación de las vecinas estructuras de la laringe y que sólo
mejorará al tratar el reflujo.
Datos de peligro:
1.
Respiración rápida y agitada que no mejora (se
hunden las costillas)
2.
Estridor continuo y se hunde el hueco
supraesternal al respirar
3.
Paciente muy ansioso ( falta de oxígeno) y que
no puede calmarse
4.
No puede tragar líquidos ni su propia saliva y voz no es afónica sino
como si tuviera papas calientes en la boca (sospecha de epiglotitis y no
laringitis: en pacientes no vacunados).
5.
Ocurre tras deglutir un cuerpo extraño (frutos
secos, canica, etcétera).
Imagen retocada desde una obtenida en todopapas.com |
Cosas que no hay
que hacer:
1.
Tumbar al paciente.
2. Intentar explorarlo con un depresor de lengua (puede
provocar obstrucción respiratoria brusca).
3.
No vigilar al paciente si mejora.
1.
Tener al hijo/a correctamente vacunado (cubierto
frente a crup diftérico y epiglotitis por Haemophilus).
2.
Calmar al hijo/a que también está asustado/a.
3.
Incorporarlo/a.
4. Respirar vapor de agua caliente (en el baño con
la puerta cerrada y acompañando al paciente para evitar quemaduras) o aire frío
y húmedo de la noche.
5. Si no mejora pronto o falta de experiencia de
los padres o episodios severos similares previos: solicitar ayuda médica.
Comentarios
Publicar un comentario