Se acabó el verano y, bromas aparte con lo de la "operación bikini", hay que retomar una dieta óptima que a veces en verano hemos olvidado, con las comidas en la calle, en bares y restaurantes, donde en ocasiones elegimos por comodidad, otras por las preferencias de los niños o por consideraciones económicas.
Dieta mediterránea
Declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad el 16 de noviembre de 2010, es un tipo de alimentación presente en los países de la cuenca mediterránea, que abarca desde España a Grecia y desde Marruecos a Turquía.
Es una dieta dinámica y, como ha correspondido siempre a una zona estratégica para el comercio entre los países y entre los continentes, ha podido y sabido incorporar nuevos alimentos, como especias desde Asia, o maíz, patata y tomate desde América, así como nuevas técnicas culinarias.
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Se caracteriza por:
• una abundancia de pan, pasta, verduras, legumbres, frutos secos , cereales de grano entero y frutas ( a ser posible cultivados de forma local y consumidos frescos y de temporada);
• la utilización del aceite de oliva como principal fuente de grasa;
• el consumo de cantidades limitadas de carnes rojas;
• el consumo moderado de pescado, moluscos y crustáceos, aves de corral, productos lácteos y huevos.
El agua es la bebida principal de este patrón de alimentación. Todo ello, acompañado de la práctica de una actividad física moderada, constituye un estilo de vida muy saludable.
La dieta mediterránea se asocia a:
Una mayor esperanza de vida.
Ayuda a mantener un peso saludable e incrementa la sensación de bienestar.
Menor incidencia y mortalidad por enfermedad cardiovascular.
Menor incidencia de cáncer.
Menor incidencias de enfermedades degenerativas como Parkinson y Alzhéimer.
Vamos a describir el Decálogo de la Dieta Mediterránea para que puedan realizarla:
1.- Usar el aceite de oliva como grasa principal: es rico en vitamina E (antioxidante) y ácidos grasos monoinsaturados. Es cardioprotector.
2.- Consumir alimentos de origen vegetal en abundancia, tales como verduras, frutas, legumbres, hortalizas, setas y frutos secos. Deben ser la principal fuente de aporte de vitaminas, minerales y fibras de nuestra dieta; además son ricas en agua. Deben consumirse diariamente 5 raciones de cada una.
3.- Pan y cereales (pasta, arroz, y especialmente sus productos integrales) deben estar presentes diariamente por su aporte de carbohidratos que nos suministran energía de liberación lenta (al contrario que el azúcar común que es de liberación rápida). El gofio es una harina que también libera carbohidratos de liberación lenta y, por tanto, muy recomendable.
4.- Los alimentos interesan frescos, de temporada y poco procesados, para así disfrutar de su mejor momento, tanto en aporte de nutrientes como en aroma y sabor.
5.- Consumir a diario productos lácteos, en adultos con preferencia yogur y quesos, que proporcionan proteínas de alto valor biológico, vitaminas y calcio. El yogur tiene microorganismos vivos que mejoran la microflora intestinal.
6.- Consumir carnes rojas de forma moderada.
7.- Consumir pescado en abundancia y huevos con moderación; pescado azul 1.2 veces por semana por sus grasas saludables. Los huevos contienen proteínas de alta calidad, vitaminas, minerales y grasas y pueden comerse 3-4 veces por semana.
8.- Dulces y pasteles deben consumirse ocasionalmente; la fruta fresca debe ser el postre habitual. Las frutas son también una buena alternativa para la merienda y a media mañana.
9.- El agua debe ser la bebida por excelencia.
10.- Realizar actividad física (si posible con los hijos) y procurar un buen descanso nocturno,
Vamos a describir el Decálogo de la Dieta Mediterránea para que puedan realizarla:
1.- Usar el aceite de oliva como grasa principal: es rico en vitamina E (antioxidante) y ácidos grasos monoinsaturados. Es cardioprotector.
2.- Consumir alimentos de origen vegetal en abundancia, tales como verduras, frutas, legumbres, hortalizas, setas y frutos secos. Deben ser la principal fuente de aporte de vitaminas, minerales y fibras de nuestra dieta; además son ricas en agua. Deben consumirse diariamente 5 raciones de cada una.
3.- Pan y cereales (pasta, arroz, y especialmente sus productos integrales) deben estar presentes diariamente por su aporte de carbohidratos que nos suministran energía de liberación lenta (al contrario que el azúcar común que es de liberación rápida). El gofio es una harina que también libera carbohidratos de liberación lenta y, por tanto, muy recomendable.
4.- Los alimentos interesan frescos, de temporada y poco procesados, para así disfrutar de su mejor momento, tanto en aporte de nutrientes como en aroma y sabor.
5.- Consumir a diario productos lácteos, en adultos con preferencia yogur y quesos, que proporcionan proteínas de alto valor biológico, vitaminas y calcio. El yogur tiene microorganismos vivos que mejoran la microflora intestinal.
6.- Consumir carnes rojas de forma moderada.
7.- Consumir pescado en abundancia y huevos con moderación; pescado azul 1.2 veces por semana por sus grasas saludables. Los huevos contienen proteínas de alta calidad, vitaminas, minerales y grasas y pueden comerse 3-4 veces por semana.
8.- Dulces y pasteles deben consumirse ocasionalmente; la fruta fresca debe ser el postre habitual. Las frutas son también una buena alternativa para la merienda y a media mañana.
9.- El agua debe ser la bebida por excelencia.
10.- Realizar actividad física (si posible con los hijos) y procurar un buen descanso nocturno,
Fuentes para elaborar esta entrada:
1.-Guía para una alimentación infantil saludable y equilibrada. FAROS. El portal de la salud para las familias del HOSPITAL SANT JOAN DE DÉU. Coordinador Arian Tarbal. Muy recomendable. Excepcional.
2.-La dieta mediterránea para niños. Fundación Dieta Mediterránea. Disponible en https://dietamediterranea.com/ Contiene recetas.
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