Prevención de la neumonía: ¿es posible?

La neumonía es una infección del tejido pulmonar que puede tener una gravedad variable, desde leve a muy grave.
Antes que nada recordemos lo que es una neumonía. Podemos dividir, de modo simplificado, el pulmón en dos compartimentos. Uno por el que se conduce el aire que hemos inspirado, sistema de conducción, o sea, los bronquios, que se parecerían a las raíces de un árbol, bifurcándose de dos en dos hasta ser miles; otra parte el parénquima pulmonar, los alvéolos (como explicaban en clase, parecido al panel de abejas), donde se intercambia el oxígeno, pasándolo a la sangre, y se elimina el carbónico. Pues de este segundo compartimento, cuando se infecta, es del que trata esta entrada.
Se calcula que, en el mundo entero, la neumonía causa la muerte cada año a casi 1 millón de niños menores de 5 años, cifra mayor que las muertes causadas por tuberculosis, malaria o SIDA; ello se produce sobre todo en países en vías de desarrollo, pero en nuestro medio origina múltiples consultas, tratamientos y hospitalizaciones junto a algunos fallecimientos, sobre todo en adultos muy mayores y personas con trastornos crónicos.
Por fortuna la neumonía casi siempre se puede tratar adecuadamente y, con frecuencia. se puede prevenir con las vacunas y algunas prácticas de vida saludables.

Vacunas contra gérmenes que producen o facilitan la neumonía:

www.vacunasbalmis
Incluidas en el calendario vacunal: neumococo, Haemophilus, sarampión, tosferina y varicela.
Gripe,  no incluida en España más que en grupos de riesgo como mayores, asma, embarazadas, etcétera. Se tiende a ampliar a toda la población, dado que vacunar solo a grupos de riesgo no está dando los resultados deseados.




Prácticas de vida saludable:
Antes que nada, hay que saber que lo que se contagia no es la neumonía sino los virus y bacterias que producen infecciones respiratorias y estas, en algunos casos, pueden llegar a provocar neumonía. Las enfermedades respiratorias se contagian de dos maneras:

www.elconfidencial.com
-Modo directo: al recibir partículas provenientes de personas enfermas (o que estén incubando la enfermedad)  expulsadas con tos y estornudos.
-Modo indirecto: al tocar objetos contaminados, (por ejemplo, una mesa donde se ha tosido, compartir vasos o utensilios de comida o tocar las manos poco limpia de un enfermo), y llevar los dedos a nuestros ojos, manos o boca.





Por eso las normas a seguir son:

Lavarse las manos regularmente y más si se está resfriado y después de sonarse o tocarse las vías respiratorias.
Limpiar las superficies, de uso frecuente, que puedan estar contaminadas.
Cubrirse la nariz y boca al toser o estornudar con un pañuelo o la parte interior del codo.
Evitar el humo del tabaco.
Intentar, en lo posible, mantener a los pequeños alejados de personas con síntomas (especialmente importantes en  prematuros y  niños con enfermedades crónicas) y que no visiten o sean visitados por personas con enfermedades respiratorias.
Uso de mascarillas, aunque hay que recalcar que esto es de utilidad limitada en el ámbito familiar, donde hay contacto estrecho y repetido, pues los pacientes pueden transmitir la enfermedad antes de padecer síntomas.

Hay que resaltar que en adultos mayores o con enfermedades crónicas están indicadas las vacunas de la gripe y el neumococo.

Pues nada, a cuidarse, saludos y Salud.

Fuentes para elaborar esta entrada:
1.- Especiales de los CDC. La neumonía puede prevenirse: las vacunas pueden ayudar.
 www. cdc.gov. Consultado 22-12-17.
2.- Neumonía- www.kidshealth.org. Consultado 22-12-17.





Comentarios