En primer lugar, parece ser que no solo los coronavirus evolucionan con la
aparición de nuevas variantes, que preocupan especialmente puesto que estas
variatnes pueden ser más contagiosas y más letales; pues bien, se van acumulando
evidencias de que nuestros organismos también son capaces de evolucionar con los
anticuerpos.
¿Lo anterior que quiere decir? Pues que las personas que han sufrido la
enfermedad, o han sido vacunados, inicialmente generan anticuerpos muy específicos contra la
cepa que los infectó (o la cepa vacunal) pero unos 6 meses después el organismo es
capaz de neutralizar también a otras cepas diferentes de coronavirus.
¿Cómo se explica? Pues las
células que producen los anticuerpos se denominan células B y estas son capaces
de evolucionar y mutar, por medio de una enzima llamada Aid (activation-induced
deaminasa).
Esta enzima produce deliberadamente mutaciones en el ADN responsable de fabricar los anticuerpos que reconocen al virus y permiten con ello adaptarse frente a nuevas variantes del virus. La capacidad de mutación de esas células B es superior a la de cualquier otra célula
del organismo y se denomina a esta propiedad "hipermutación somática".Se apoyaría esa capacidad en que pequeños fragmentos no infecciosos de SARS-CoV2 permanecerían en el
organismo estimulando de modo prolongado a las células B.
Todo lo anterior explicaría porque hay pocos casos de
segunda infección por coronavirus en personas que han sufrido la enfermedad o
han sido vacunadas pues los anticuerpos estarían, por así decir, esperando al
virus.
Fuente: 1.-The Conversation. Coronavirus is evolving but so are our
antibodies. 17 marzo 2021.
En segundo lugar, datos iniciales de la situación en la vida real (no de los ensayos clínicos de los laboratorios y por tanto más válidas), van en la dirección de que
las vacunas no solo reducen los casos y la mortalidad sino asimismo la
transmisión de la enfermedad y por tanto colaboran a la llamada "inmunidad de rebaño" que es
la protección de personas no vacunadas y que no han pasado la enfermedad, gracias
a que las personas vacunadas o convalecientes de la enferemedad actuán como
"cortafuegos" y les aislan del virus que dificilmente llega a alcanzarles. Se creía que vacunados y personas recuperadas de la enfermedad al contactar de nuevo con el coronavirus no padecerían la enfermedad pero podrían contagiarla y esto es lo que nuevos datos parecen desmentir. Esperemos que se confirmen.
Fuente:#EMAPublicMeeting3
El nombre de inmunidad de rebaño proviene de que este efecto fue descubierto en Veterinaria con las epidemias en los rebaños. En nuestro caso puede denominarse inmunidad de grupo o inmunidad colectiva. Cuando se alcanza, se dificulta la transmisión en la cadena epidemiológica (cortafuegos es un buen simil) y sujetos no vacunados y que no han enfermado se infectan dificilmente. Se estima que, en el caso del coronavirus, se llega a ella cuando un 70% de la población ya es inmune por haber sufrido la enfermedad o haber recibido la vacuna.
Una aclaración importante: alcanzar la inmunidad de grupo o rebaño no significa "casos cero", sino que habrá muy pocos casos porque pocas veces el virus alcanzará a las pocas personas que todavía son susceptibles a la enfermedad. Para "casos cero" necesitariamos 100% de inmunidad ( o cercano puesto que siempre hay personas que no pueden ser vacunadas).
Total que tenemos dos buenas razones para seguir
insistendo en la vacunación.
Pues a cuidarse, saludos y Salud
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