Caso clínico: adenovirus, el virus que no le tiene miedo al Covid y por qué uso la ecografía y los test de diagnóstico rápido en mi consulta.
Lo de que el adenovirus no tiene
miedo al Covid es una imagen literaria, pero viene a propósito de que con la
actual pandemia, tanto el virus de la gripe como el VRS de la bronquiolitis de
los bebés no han aparecido este otoño-invierno, como si tuvieran miedo al
Covid. Sin embargo, otros 2 virus menos conocidos entre la población, como son rinovirus
y adenovirus, que no suelen producir grandes epidemias, si han seguido
apareciendo. Les cuento un caso.
Paciente de 14 meses que consulta
por fiebre elevada, de más de 24 horas de evolución, sin otros síntomas, aunque
cree la familia que a ratos ha respirado mal; no diarrea ni vómitos ni alteración
de la orina.
En la exploración se detecta un lactante
afectado, con auscultación pulmonar normal y no se detecta foco en garganta u
oídos que justifique el proceso. En este momento la preocupación es que tenga
una infección bacteriana severa cuyo foco no es evidente.
Practicamos ecografía pulmonar
que es normal con lo que descartamos neumonía.
Pasamos a un test de diagnóstico
rápido (TDR), en este caso la Proteína C Reactiva que es una substancia que se
eleva en sangre con las infecciones bacterianas y no con las víricas aunque hayzonas intermedias. Pero,
caray, sale rango dudoso de 66,8 cuando a partir de 70 ya indicaría infección bacteriana.
Sabemos que los adenovirus han
aparecido y sabemos que son casi los únicos virus que sí que elevan a ese rango
dicha proteína, pero dado el aspecto de la paciente añadimos antibiótico y
seguimos evolución.
Al día siguiente presenta el
paciente diarrea importante. Para intentar averiguar si la causa es diarrea por
antibiótico o, al contrario, por el microorganismo que está produciendo todo,
solicitamos a la familia que aporte heces para hacer TDR y según resultado repetir o no la prueba de proteína C.
Y, bingo, en heces sale positivo adenovirus.
Foto del autor: línea rosa adicional en adenovirus confirmando el diagnóstico. |
Ya tenemos diagnóstico de certeza, no de
presunción.
Los adenovirus producen sobre
todo enfermedades respiratorias y gastroenteritis, pero también neurológica,
cutánea, urinaria (cistitis hemorrágica) y hasta cardíaca pero pocas veces son
etiquetados correctamente por los médicos
Pauta para seguir: controlar la
fiebre, hidratar y nutrir pese a la diarrea, retirar antibiótico y pronóstico benigno
y puedo trasmitir tranquilidad a la familia. Posteriormente apareció un
exantema (manchitas) en la piel que también están descritas para el adenovirus.
Moraleja: un diagnóstico de
certeza permite a familia y pediatra esperar con más tranquilidad evolución (en
nuestro caso fiebre elevada, luego diarrea y luego exantema) y retirar o no prescribir
antibióticos innecesarios.
Ahora, para los más interesados, algunos
datos de los adenovirus.
Son virus DNA. Existen más de 70 serotipos.
Su nombre deriva de su afinidad
por los ganglios (adenopatías); se descubrió el primero en 1953, aunque epidemias
(no pandemias) de queratoconjuntivitis y fiebre faringoconjuntival se detectan
desde finales del siglo XIX y principios del XX. En 1975 se detectaron como causantes
de gastroenteritis.
En niños causan hasta:
17% de infecciones respiratorias
de vías altas.
10% de faringitis.
9% de croup.
16% de bronquiolitis.
11% de neumonías.
15% de diarreas.
Afecta sobre todo a niños de
edades comprendidas entre 6 meses y 5 años y se han detectado epidemias en piscinas,
guarderías y en centros de reclutas (con afectación respiratoria que puede ser severa)
Se contagia a través de ojos,
nariz o garganta, por aerosoles; también por la vía fecal-oral a través de las
manos. Cuando comienza por infección respiratoria y luego gastroenteritis se
supone que se debe a deglución del virus (comoen nuestro caso).
Se detectan frecuentemente en
adenoides y amígdalas y se estima que, por estimulación crónica, pueden inducir
crecimiento de ambas e incluso apnea del sueño.
Pueden producir exantemas de
distintas morfologías (maculopapular, morbiliforme e incluso petequial).
A diferencia de virus como gripe
y VRS, suelen producir neutrofilia, aumento de VSG y proteína C reactiva.
Manifestaciones clínicas:
catarro, faringitis, nasofaringitis, amigdalitis (con exudado), laringitis,
neumonía, bronquitis, bronquiolitis obliterante (rara pero muy grave) y tos pertusoide;
queratoconjuntivitis (en adultos), fiebre faringoconjuntival (con fiebe que a veces se prolonga
hasta 7 días); exantemas; cistitis hemorrágica aguda; gastroenteritis,
invaginación intestinal, adenitis mesentérica; hepatitis; miocarditis y
pericarditis; encefalitis, parálisis fláccida, artritis y tiroiditis.
Pronóstico: normalmente es bueno
salvo complicaciones bacterianas secundarias y algunos casos concretos
descritos arriba.
Pues nada, mascarilla, higiene de manos y mucha salud.
Bibliografía:
Feigin and Cherry´s. Textbok of PEDIATRICS
Infectious Diseases.8ª edición, 2019.
Long S; PROBER CG, Fischer M.
Principles and Practice of Pediatrics Infectious Diseases
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