Hormonas sexuales y asma ¿Cuál es la relación?

En un artículo reciente de Medscape : "Does testosterone help protect men from asthma" Medscape. may 09,2017 se abordan las posibles relaciones entre asma y testosterona

Aunque en la infancia es más común el asma en  los niños que en las niñas, a partir de la adolescencia esta relación se invierte y además se conoce que las adolescentes con asma no alérgica pueden empeorar con la pubertad, sobre todo si son obesas. 

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Hasta ahora se pensaba que las hormonas femeninas favorecerían el desarrollo del asma pero en un estudio reciente,  publicado en el Journal of Experimental Medicine, se sugiere que, en el otro lado del espectro, la testosterona puede proteger del asma. El estudio se ha realizado experimentalmente en ratones y habrá que repetirlo en humanos pero de confirmarse abriría nuevas posibilidades terapéuticas.

Obesidad y asma, las epidemias del siglo XXI:

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Sabemos que ambas entidades están aumentando, posiblemente como resultado de nuestro tipo de vida "occidental" con exceso de alimentos, escasa actividad física y quizás excesiva higiene (hipótesis de la higiene).

El substrato común sería que ambas noxas, asma y obesidad, tienen una base común, un estado inflamatorio crónico (excelente y completísima revisión en Exerc Sport Sci Rev de enero 2011).

Respecto al empeoramiento del asma en adolescentes femeninas obesas y sin alergia, es conocido que la morfología de los obesos es distinta según el sexo y así las mujeres desarrollan obesidad "tipo pera" (nalgas) mientras que en el  hombre se describe como "tipo manzana" (abdomen y tronco); en ambos casos aparece grasa  en sitios  no habituales como músculos y vísceras, grasa que se comporta metabólicamente de modo distinto en hombres y mujeres, con producción por el tejido graso de distintas cantidades de adipokinas inflamatorias, que se influyen por progesterona y estrógenos (y probablemente por la testosterona), estando todo ello en la base de una compleja relación a la cual se sumaran progresivamente nuevos resultados y, seguramente, nuevas ventanas terapéuticas.

Conclusión: cualquiera que sea su edad, sexo, género y condición... VIGILE SU PESO.