Cólico del lactante: lo que hay que saber.

El cólico del lactante, o llanto excesivo ,del lactante es un problema común que afecta al 20% de los recién nacidos.
Se define como tal el llanto que dura más de 3 horas diarias, más de 3 veces por semana, durante al menos una semana (antes se exigía, por la "regla de los 3", un período de 3 semanas) y sin que exista retraso en el crecimiento del bebé. 

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El llanto forma parte del desarrollo normal y es una forma de comunicación con los cuidadores, pero es  poco específico y lo pueden provocar diversos estímulos como incomodidad, hambre o simplemente la necesidad de contacto con los progenitores o cuidadores.
Habitualmente el llanto del cólico es muy agudo y los padres refieren que lo diferencian de otras causas de llanto.  Pese a todo es posible que el cólico del lactante sea el extremo máximo del llanto normal.

En el cólico del lactante normalmente los familiares no pueden identificar  una causa responsable y el llanto es difícil de calmar. El máximo de intensidad se alcanza entre las 4 y 6 semanas de edad, es más frecuente por la tarde-noche, puede persistir entre 1 y 4 meses y luego disminuye paulatinamente hasta desaparecer.
No hay diferencias en la presentación del cólico entre lactantes alimentados al pecho o con lactancia artificial, ni en primer o sucesivos hijos.
Lógicamente el cólico puede contribuir al desconcierto, angustia y fatigabilidad de los padres y es motivo de muchas consultas y de la aplicación por los pediatras de distintas pautas de tratamiento.

Su causa es incierta aunque se barajan alteraciones de la flora microbiana (microbiota) intestinal, alergia o intolerancia a las proteínas de la leche de vaca, intolerancia a la lactosa, inflamación intestina, etcétera, aunque ninguna de ellas ha podido ser confirmada definitivamente.

Al diagnóstico de cólico se llega por exclusión, descartando otras causas de dolor en el lactante, por medio de  una buena historia clínica  y con una exploración  clínica exhaustiva.

Respecto al tratamiento como no hay una causa identificada se han utilizado distintas modalidades.
En múltiples ocasiones se aplica tratamiento antireflujo, aunque no hay pruebas de que el reflujo sea su causa y hay que ser cauto en aplicarlo pues investigaciones recientes asocian el uso de medicación antireflujo con mayor probabilidad de alergia futura.
Como en la flora intestinal de estos lactantes, comparándolos con lactantes sin cólico,  se ha detectado menor cantidad de Lactobacilus, se ha preconizado la administración de probióticos, aunque los resultados no han sido rotundos, pero resultando  más útiles en bebés alimentados al pecho.
Si se sospecha, o mejor se confirma alergia-intolerancia a las proteínas de leche de vaca (en la consulta realizamos test diagnósticos)  se instaura una dieta exenta de proteínas.
Otras modalidades han sido administración de suero glucosado, medicación para los gases, manipulación espinal (tiene sus riesgos).

En cualquier caso se recomienda:
Que los padres se releven entre sí para atender al lactante, e incluso sean ayudados por parientes o vecinos. Es mejor " acudir uno solo a calmar al bebé que acudir todos".
Mecer suave y lentamente al bebé (no rápido). Acariciarlo, acunarlo y cantarle o ponerle música suave (tan pequeño no se va a acostumbrar a los brazos). Comprobar que el bebé no esté hambriento, con pañales sucios, o ropa apretada. Finalmente recordar que el proceso es benigno, que se resolverá por si solo y que mientras tanto el bebé crecerá adecuadamente pues normalmente este proceso ocurre en bebés por lo demás sanos.

Fuentes para elaborar este post: 
1.-Mini Examen clínico: Cómo abordar el cólico del lactante- Medscape- 22 de febrero de 2018.
2.-Harb T , Matsuyama M, David M, Hill R. Infant Colic- What works: A Systematic Review of Interventions for Breast-Fed Infants.
J Pediatr Gastroenterol Nutr 2016; 62:668-686.
3.-Johson JD,  Cocker K, Chang E. Infantile colic: Recognition and Treatment. Am Fam Physician 2015; 92:577-589.

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