Aunque en esta larga temporada del Covid las enfermedades respiratorias en los niños han disminuido de modo muy importante, siempre se detectan algunas neumonias, como la que les presento más adelante, en esta entrada.
El diagnóstico de neumonía se basa en una historia completa en la que se recogen datos como fiebre, tos, dificultad
para respirar y, más raro en niños, dolor en el pecho; luego auscultamos buscando la audición de
unos sonidos llamados crepitantes (porque recuerdan al crepitar de las llamas) y podemos notar poca entrada de aire, en la zona afecta.
Pero no siempre se obtienen esos
datos y la auscultación puede ser
confusa, sobre todo con un pequeño que llora asustado. Lo usual es solicitar una radiografía de tórax para comprobar el diagnóstico y la extensión de la neumonía.
Pero la petición de radiografías
no es una solución perfecta pues se generan varios problemas:
-El retraso en el diagnóstico que
se produce al desplazar al paciente para realizar la radiografía.
-Las radiaciones que recibe un
paciente con un organismo en crecimiento como es el niño.
-El exceso de petición de
radiografías, por la preocupación del médico en no errar el diagnóstico; así un
estudio en USA mostró que solo el 8,6% de pacientes a quienes se solicitaba
radiografía de tórax tenían neumonía.
-La interpretación de la
radiografía por un médico no radiólogo y así algunas neumonías -sobre todo las
situadas detrás del corazón- pueden no ser identificadas como tales por el
médico solicitante.
-Es que además, según la evolución del paciente habrá que plantearse si procede o no una segunda radiografía de control con nueva irradiación del paciente.
¿Por qué es útil la ecografía?
La ecografía de tórax se está
imponiendo para el estudio de la neumonía pues resuelve la mayoría de los
problemas planteados, dado que es un método inofensivo, que puede ser realizado
a pie de cama del enfermo y repetirse cuantas veces se quiera; tiene una
sensibilidad para las neumonías similar, e incluso superior, a la de la
radiografía y detecta mejor si hay derrame pulmonar asociado, sobre todo cuando es pequeño. Las evidencias científicas apoyan, sin duda, el uso de la ecografía pulmonar para el diagnóstico de la neumonía.
El fundamento de la prueba radica en que cuando en la neumonía el aire del
pulmón se sustituye por exudado inflamatorio (podemos decir pus), si la zona de neumonía está en contacto con
la pleura, como ocurre en el 98% de casos, se visualizan una serie de
imágenes ecográficas que permiten detectar la neumonía, su extensión y valorar
si existe derrame pleural asociado.
Signos ecográficos de neumonía,
que simplemente enumeramos:
1.-Líneas B+
ausencia de deslizamiento pleural con irregularidad de la línea pleural.
2.-Patrón A en un
hemitórax, patrón B en el otro.
3.-Patrón C
(consolidación): también denominado hepatización.
4.-Broncograma
aéreo dinámico.
5.-Signo del
desgarro.
Por todo lo expuesto consideramos
que es el momento de más ecografías y menos radiografías para la valoración de
las neumonías.
En nuestro caso se trataba de una pequeña neumonía detrás del corazón, con auscultación de crepitantes en dicha zona y pudimos confirmar un patrón mezcla de 1 y 2, con líneas A normales en lado derecho y lineas B e irregularidad de la línea pleural en la base izquierda, en la espalda. En una sencilla analítica con sangre capilar, obtenida del dedo del paciente, pudimos afirmar que se trataba de una neumonía vírica que no precisa antibióticos y el paciente, a quien seguimos controlndo, está evolucionando con normalidad.
Foto del autor Patrón de líneas B en zona posterior izquierda baja |
Bibliografía:
1.- Mahabee-Gittens EM,
Grupp-Phelan J, Brody AS elt al. Identifying children with pneumonia in the
emergency department. Clin Pediatr 2005; 44:427-435.
2.-Syrjala H, Broas M, Surano I,
e tal. High-resolution computed tomography for the diagnosis of community-acquired
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3.-Blaivas Michael. Lung
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